El sol ya hace rato que desapareció tras la sierra de Lancharrasa,
no es un día frío para estar a mediados de febrero, las nubes juegan a colorear
el cielo, estoy en casa mirando por la ventana este hermoso atardecer, y de repente
sin apenas pensarlo busco la cámara para plasmar estos irrepetibles momentos.
Son apenas unos minutos, treinta, tal vez cuarenta, los que tarda
el cielo en perder los colores. Pongo el trípode y disparo a intervalos de unos
cinco a siete, no sé el resultado, sigo disparando
hasta que la luz parece no existir.
Al llegar a Madrid vuelco las fotos, no están mal, es un excelente
atardecer de los muchos que acontecen en Cadalso, me gusta, y pienso, por qué no
compartirlo.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Es una obra de arte. El día se va apagando, difuminándose... como la vida de los seres vivos. Precioso.
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ResponderEliminarSi las amplías se ven mejor y comprobarás que es un anochecer gradioso.
Es cierto, al ampliarlas se ve mucho mejor este grandioso anochcer cadalseño.
ResponderEliminarInés