martes, 13 de noviembre de 2012

Noche de teatro y toreros en San Martín


Este pasado sábado tocaba teatro en San Martín, risas y aplausos nos acompañaron durante toda la obra, y al final gran expectación y más risas, por esa invitación a unos cadalseños para hacer un pequeño papel en esta obra de titulo Far West, papel que bordaron como no podía ser de otra manera. Al terminar la obra nos acercamos a tomar algo a ese lugar tan de siempre llamado el Pijama, hoy ya con otro nombre.

David Adalid y Mariano Rojo. Foto: Chelo Fernández

Y aquí en el antiguo Pijama es donde comienza a forjarse este post. Nosotros en una mesa y en la de al lado un grupo de jóvenes, unidos por el arte de los toros, entre los que se encontraba el cadalseño torero a caballo Mariano Rojo, así como el banderillero de San Martín David Adalid, triunfador este año en muchas plazas, y otros cuyos nombres desconozco por culpa de mi poca cultura torera.

 

Todo transcurría de una forma normal y casi silenciosa, sólo dos mesas, la nuestra y la de los toreros, la nuestra tranquila, la de ellos algo alborotada y mucho más animada, tanto que al final terminó en una fiesta flamenca con guitarra y fandangos incluidos, donde las voces, las palmas y las risas se entremezclaban con los sonidos rasgados de la guitarra. Al terminar la cena nosotros nos fuimos, pero ellos allí quedaron con su alegría y sus maneras toreras que se apreciaban tanto en sus movimientos y posturas como en sus estilizadas figuras y marcados rasgos.



No vi en este comportamiento más que arte y del bueno, notando en sus ademanes toreros la belleza y el arte que les proporciona su mundo, su pasión y su vida.

Lástima que no tenga ninguna foto del momento, sólo una que me hice con mi buen amigo y compañero de instituto de hace tantos años, Quique “Bodigo”, participe de esta fiesta y que un día de estos recogeré de la barra del bar donde prometió dejármela.


 
Y así, pensando con que ilustrar este post tan relacionado con el arte y la maestría del toreo, recordé un reportaje que le hice a Mariano Rojo entrenando en su finca cadalseña de Las Erillas hace ya algún tiempo.
 


 Que estas palabras y estas imágenes sirvan como homenaje a esos toreros que viven y mueren por los toros, una profesión tan digna como cualquiera y tan arriesgada y sufrida como pocas.

Va por vosotros, maestros.

 
Zorro Corredero
 Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

  

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