La ruinas de Navahondilla
El abulense y cercano pueblo de Navahondilla junto con el
desaparecido de Majaillas, pertenecieron en el pasado a Cadalso, que entonces
formaba parte de la provincia de Toledo. Fue un 30 de noviembre de 1833 cuando
por real decreto pasó a formar parte de la provincia de Ávila como municipio
independiente de Cadalso.
Con el tiempo, algunos de estos lugares pasaron a otros
propietarios, con lo que se desligaron de Cadalso y los cadalseños, aunque no
de nuestra pasada historia.
Parte de estos lugares conocidos como el Bosque, perteneció
al ganadero cadalseño Ricardo Sáez hasta no hace mucho, aunque las reses ya
habían desaparecido bastantes años antes. También el prestigioso ganadero Román
Abad tenía su ganado bravo por estos lares, desconociendo si aún hoy una parte
del Bosque sigue perteneciendo a sus herederos.
Hace unos años realizando una marcha por la zona,
descubrimos un lugar que nos sorprendió lo suficiente como para indagar en sus orígenes y en su desconocida historia, indagaciones que nunca llegaron a ningún resultado esclarecedor sobre
este lugar y su procedencia, vamos que nadie parecía saber nada entonces..
Después de aquel día, habrán pasado unos 20 años, he vuelto
muchas veces por la zona y siempre he visitado este intrigante y enigmático lugar, que a
primera vista parece que tenga algo que ver con la historia de esta zona y por
lo tanto de Cadalso.
El entorno donde se encuentran las ruinas es de una gran belleza
paisajista, principalmente en primavera cuando la hierba colorea todo de verde
y los árboles que ya comienzan a brotar le dan al paisaje unos colores intensos
que se acompañan del blanco de las jaras y el rosa intenso de las peonías,
plantas que abundan en la zona. A medida que nos acercamos, el edificio que
parece una portalera para guardar ganado y que seguramente para esto se viene
utilizando en las últimas décadas, no parece que encierre nada atrayente, pero
cuando nos introducimos en su interior, lo primero que nos llama la atención es
una enorme puerta, bien labrada que soporta unas paredes con arcos y una casa
que por su estructura parece haberse realizado muchos años después.
El lugar es de grandes proporciones pero sólo la
puerta principal y los arcos tiene valor arquitectónico, el resto son
simplemente paredes de piedra que tal vez pertenecieran al edificio o se
construyeron después.
Todo el conjunto esta realizado con piedra de granito, que en
los arcos se mezcla con ladrillo macizo de estilo árabe-mudéjar y que le da un
aspecto de arte mudéjar o neo-mudéjar sin confirmar. Es probable que también
fuera llevada la portada desde otro lugar en tiempos remotos y que los arcos de ladrillo sean posteriores y realizados por albañiles de la zona en ese estilo que tanto abunda por Cadalso.
De una manera o de otra el edificio parece tener historia y
te atrae cuando lo visitas, siendo una incógnita que nunca nadie haya
investigado el lugar y que en Navahondilla nadie sepa de su pasado. Es probable
que tenga alguna relación con el cercano Monasterio de Guisando, del que apenas
le separan unos dos kilómetros, ya que el pórtico de su arruinada e incendiada iglesia
parece del mismo estilo almohadillado que este de Navahondilla.
Las fotos que acompañan el reportaje están realizadas en
mayo de 2012 y las ruinas siguen afortunadamente igual que hace 20 años.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Parece un lugar interesante, nunca había oído hablar de él. Habrá que intentar conocerlo.
ResponderEliminarUn saludo.
Inés
Pedro como veras esta tarde que tenia un rato me he decidido a visitarte, y me ha sorprendido este bonito lugar que tu como siempre nos sorprendes0 PEPE.
ResponderEliminarGracias Pepe por tu visita, siempre se agradece. Por cierto los níscalos estaban buenísimos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pedro
M3
ResponderEliminarME ENCANTAN LAS FOTOS y el texto gracias PEDRO BUENOS DIAS UN SALUDO
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