A Carmen, la bondad de San Antón

Cada mañana Carmen contemplaba el amanecer del Valle del Tórtolas desde su privilegiado balcón que se asoma casi al abismo, los días, las noches, el viento, la lluvia y la blanca nieve han sido sus imágenes día tras día desde su ventana al despertar, gran privilegio de sensaciones y vida el de esta gran cadalseña, humana, alegre y siempre llena de bondad, cualidad ésta que su madre recibió con amor y dedicación, cuando su marido murió,  por parte de Carmen. Cada día era fácil verla acompañando a su madre que tiraba de ese coche de niño que le aliviaba el peso de la compra y de los años. Pasaban por San Antón, su barrio de siempre, allí dejaban parte de sus recuerdos y continuaban hacia su casa, esa casa que un día su marido y ella hicieron con amor, ternura y algunas penurias.
 

El 21 de septiembre con el calor aún de las fiestas del Cristo, el día amaneció con un intenso azul, el sol calentaba ya nuestro valle y así sin apenas notarlo, la muerte la sorprendió en su casa, en su precioso balcón del Tórtolas.

 

Atrás quedaron, los años, los recuerdos, los amores, las alegrías, y todos en ese instante entre la vida y la muerte, perdimos a Carmen, gran mujer, alegre cadalseña y entregada sanantonera.

Muchos de nosotros te echaremos de menos, yo mismo cuando este próximo invierno regrese a la Fuente de los “Piejos”, recordaré aquellos días cuando tú acompañada de tus nietos te acercaste para ver que pasaba allí, y sorprendida pero a la vez contenta por nuestra labor, me contaste tus anhelos y tu amor por tus hijos y esos nietos que llevabas pegados a ti.

Luego, con una risa aquí, una foto allá junto a esos niños que éran y son tu vida y a los que tanto has querido, más las palabras de amor que salían de tu boca, fueron suficientes para pasar una entrañable mañana. Más tarde cada uno volvió a su vida, pero desde ese día yo me llevé para siempre tu mirada, la mirada que ofrecías a tus nietos y el amargo recuerdo de no tener junto a ti a tu hijo, tu machote como decías, por estar viviendo en Cáceres, creo recordar.

Quiero que sepas que siempre estarás entre nosotros los cadalseños y cadalseñas, y que el paso del tiempo y de la vida nos fortalecerá aún más para tener siempre en nuestra mente esa sonrisa que tú transmitías.

El otoño acaba de llegar a Cadalso, pronto el frío apagará el calor del verano, y Tórtolas dormirá durante el duro y frío invierno, pero cuando la primavera cargada de savia nueva llegue a tu jardín, las flores y los árboles brotarán con más fuerza y todos sentiremos en nuestros corazones que esto será un homenaje a ti.

 

Un beso y hasta siempre.

 

Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso