La puerta separa la vida del interior del bullicio de la
calle, dentro las cosas van pasando día a día, año a año. Es un día cualquiera,
las calles de Cadalso viven los momentos y situaciones que a diario suceden sin
apenas interés, pero dentro esta vez está ocurriendo algo sencillo que te llena
el corazón de amistad.
Daniel es ese personaje, casero, intimo y lleno de anécdotas
que casi no necesita que le animen para empezar a contar entre risas y siempre
con un toque picante o muy picante,... yo soy así… dice, y no voy a cambiar ahora
con los años.
Esta vez el momento nos acoge para degustar un conejo, al
menos eso dice Daniel, porque este parece más un galgo que un conejo, enorme,
tan enorme que después de comer y bien, sobra la mitad…será conejo? Todos entre
risas dudamos, pero comemos y al final nos sabe a gloria con sus ajitos y su
buena condimentación, lo demás parece que es indiferente.
Tajada a tajada regada con ese vinazo de garnacha que Daniel
elabora en su bodega, los segundo van pasando no sin buena charla sobre la vida
y la situación de Cadalso y los cadalseños. Algunas situaciones vividas en el
pasado con este o aquel y siempre con la alegría y desenfado que acompañan este
tipo de reuniones, el tiempo va pasando y el conejo y el vino actuando hasta
llegar a ese puntito de relajación y dejadez verbal que incita a seguir
hablando casi sin darte cuenta.
Melón y tarta helada de turrón son los postres para pasar al
café y a una de las especialidades que mejor sabe hacer Daniel, me refiero al
aguardiente, que unos lo toman seco pero que yo lo prefiero algo dulce.
Que gran momento y que grandes amigos los que uno puede encontrar en situaciones como esta. Amigos que se conforman con poco pero que te entregan tanto a cambio que hace que te sientas inmerso en un sueño de sensaciones donde el afecto deja huella.
No son necesarios grandes manjares ni excelentes restaurantes
para vivir la vida y esa gran sensación que se produce en los sentidos a través
de la mente por todo lo que te rodea.
Aquí están Daniel, Benito, Víctor y Celito para entregarme
estos espacios de tiempo tan llenos de amistad, confianza y afecto desinteresado
que tantas veces son necesarios para saber quién eres y dónde estás.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Que aproveche. ¡Que rico! ¿no pudisteís terminarlo?, o era grande como dices o comeís muy poquito. La tarta está diciendo ¡cómeme! ;-). Será porque a mí me gusta bastante lo dulce. Lo importante que pasaraís un rato agradable.
ResponderEliminarComo te lo montas Zorro.
ResponderEliminarJavi