El título “La tarde inundaba la tierra” lo he tomado de un poema de Paul Éluard, poeta francés fallecido en 1962 y que lleva por título Dominique aujourd'hui présente.
Tú llegaste, la tarde inundaba la tierra, y la tierra y los hombres cambiaron de sentido.
Tú llegaste, yo estaba triste, yo dije si y a partir de ti he dicho si al mundo.
Y por qué este poema para comenzar este post? Pues porque hay muchas razones para decir si al mundo, y esta que os voy a relatar es una de ellas.
La tarde inundaba Cadalso el viernes 4 de octubre, las nubes apenas dejaban ver las cumbres de nuestras modestas montañas y la lluvia caía incesantemente, todo hacía presagiar que sería una tarde aburrida. Pero a veces las decisiones se toman en un segundo y sin muchos razonamientos y heme aquí subiendo por un San Antón vacío de gentes y huérfano de palabras bajo la lluvia otoñal tan necesaria por esta vez
He atravesado San Antón y tomando el camino de Tórtolas, me dirijo por la ya limpia pero sin agua hasta ahora, fuente de los “Piejos”. El descenso con la sola compañía de un ligero viento y muchas gotas de agua me trasporta a otros tiempos al ver algunos pequeños “puestos de pájaros” y se me vienen a la memoria madrugadas con frío cargadas de ilusiones junto los amigos y nuestros reclamos.
El camino arreglado y señalizado con flechas amarillas para bien de los peregrinos que por aquí pasan realizando el Camino del Sureste en la etapa entre Cadalso y Cebreros que les llevará hasta Santiago, desciende vertiginosamente hasta la carretera de Tórtolas que cruzo no con cierto reparo por la velocidad de los muchos coches que por aquí pasan, riesgo que compruebo al encontrar a un metro de la carretera un enorme gato que ha sido atropellado con fatales consecuencias.
Rápido me salgo de la carretera y entro para observar el pequeño pantano de Tórtolas que llena este lugar de frondosidad y color a pesar del cielo gris y encapotado que me acompaña y de esas gotas de agua que siguen cayendo.
El camino del Valle se llena de enormes charcos difíciles de salvar, pero se compensa con las vistas de los ya verdes prados que contrastan con los árboles que en esta época adquieren ese color amarillo-anaranjado tan característico del otoño.
Solo comencé y solo sigo camino adelante por este cercano e íntimo valle al que tan ligado estamos todos los cadalseños-as, y que tras pasar esa zona más boscosa donde conviven chopos, fresnos y robles se despeja unos cientos de metros más adelante donde giramos a la izquierda para por un horrible puente cruzar el alegre arroyo de Tórtolas y comenzar la subida.
Una vez que tomamos este camino que nos llevará hasta la carretera no podemos dejar de beber agua en una de las fuentes más antigua y con más solera de nuestro pueblo, me refiero a la fuente de la Peluquera, que encontraremos tras una subida empinada y recta del camino para después girar a la derecha y ya encontrar la fuente junto a un enorme nogal. Hoy el día no es caluroso, pero no me puedo resistir a beber de esta fresca y rica agua en un bote que junto a la fuente sirve para este fin desde hace muchos años.
He saciado mi poca sed, y de nuevo comienzo la subida que me llevará a cruzar la carretera y continuar por el camino que utilizado por hombres y caballerías desde siempre, me lleva por la Torrecilla hasta San Antón.
Cuando llego son las 18,30 horas y el barrio de San Antón y la Peña me reciben con la misma lluvia que les dejé y las luces ya encendidas, sólo he invertido hora y media caminando, pero ha merecido la pena por tantas cosas y por tantos momentos y paisajes con los que me he identificado y disfrutado. Por ahora sólo espero volver pronto por los mismos pasos de hoy y sentir esas ganas de vivir y de decir si al mundo, igual que en el poema de Paul Éluard.
Todas las fotos que acompañan el post fueron realizadas el viernes 4 de noviembre durante la caminada, por lo que podemos comprobar que no hay días buenos y malos para hacer fotos, sino diferentes.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Un gran relato y unas preciosas fotos de nuestro valle de tortolas.
ResponderEliminarMC
Buenisimas fotos del valle . Gracias por el relato
ResponderEliminarSe te nota un poquito meláncolico, no zorro?. Bstos.
ResponderEliminarConcha.
Noooooo, el meláncolico era el Paul Éluard.
ResponderEliminarUn kiss
Zorro Corredero
Con este gran relato y estas fotografías, me has hecho volver a mis años de juventud, sobre todo en los dias de calor, cuando al volver de la viña que teníamos en el Alto, me refrescaba en la fuente de la PELUQUERA,¡ grandes recuerdos!. EMILIO
ResponderEliminarQue bonito poema
ResponderEliminarPilar Diaz Recamal
Me gusta munchisimos las fotos y como lo narras cada foto
ResponderEliminarJuani Robles Morillas
Eres un artista
ResponderEliminarAna Teresa García González
Muchas gracias
ResponderEliminarBello relato, precioso entorno.
ResponderEliminarGracias por compartir. Nos ralentiza la velocidad del día a día.
Bonito relato
ResponderEliminarRosa Foncuberta López
Muchas gracias, nada mejor que Cadalso y su entorno llegue hasta todos, aunque sea de forma virtual.
ResponderEliminarUn paseo con encanto. No es necesario ir. Lo has narrado tan bien que te sientes transportada a esos lugares.
ResponderEliminarMaría Consuelo Lajara
Suele se difícil animarse un día de lluvia, pero una vez que te lanzas ya no puedes parar, y te integras totalmente con el campo y los lugares por los que pasas. Mas tarde cuando llegas a casa, piensas y disfrutas como nunca recordándolo todo mientras te calientas con un buen café junto al fuego. Puede haber algo mejor que la soledad entre tú y la naturaleza?
ResponderEliminarLa belleza del paisaje cadalseño en la soledad de una mañana o de una tarde, con lluvia o sin ella, te lleva a fijarte en muchos detalles que de otra forma pasan desapercibidos. Ese sí a la vida del que hablas, Pedro, es un sí también a la calma y a la reflexión y a gozar con esas pequeñas cosas, a disfrutar de un paseo y de unas fotos, y a ponerte romántico y compartirlo con nosotros. Muchas gracias Pedro.
ResponderEliminarJavier.
Gracias Javier, cuando quieras hacemos este agradable paseo por el Valle del Tórtolas, eso sí, mejor un día de lluvia. Te gustará seguro.
ResponderEliminarMuchas gracias Pedro. Desde la distancia y el tiempo te he acompañado en tu paseo que, con tu permiso, comparto. Todo me suena desde pequeño cuando mi abuela o mis tioabuelos me llevaban por el valle del Tórtolas y bebía agua de la fuente de La Peluquera.
ResponderEliminarMiguel Revuelta de Guzman
Miguel, buenos recuerdos de Tórtolas y la Peluquera, enormes sensaciones que sientes por un pasado feliz junto a los tuyos, nada mejor que recordarlo hoy para sentirse a gusto contigo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo
Tambien he andado los caminos pero sin camara de fotos y lloviendo tampoco enhorabuena
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales
Cada una anda el camino como quiere y mejor puede. Lo realmente importante es hacer camino.
ResponderEliminarPedro Alfonso pero ibamos a desñetar a vendimiar por gusto por el parque de los cuatro caminos
ResponderEliminarAlgo ganaríais, digo yo.
ResponderEliminarPrecioso relato Pedro, como todos los k pones
ResponderEliminarMaria Agustina Arribas Gómez
Los k nos sentimos Cadalseños y lo somos nos gustan mucho éstas cosas. Gracias por compartir
ResponderEliminarMaria Agustina Arribas Gómez
Gracias a ti y a todos los que con vuestras visitas y comentarios hacéis posible el Zorro Corredero.
ResponderEliminarUn abrazo 🐺🐺🐺
Pedro Alfonso si y estaba mucho mejor y mas joven
ResponderEliminarAntonia Frontelo Morales