No soy muy torero y por lo tanto poco entiendo de crónicas taurinas, así que lo mejor que puedo hacer es mostrar lo que veo a través del objetivo.
Las imágenes fueron tomadas el día del Cristo y este es mi pequeño homenaje a ese cadalseño a veces tan poco comprendido por sus propios paisanos pero que se entrega en cada faena para agradar y más en este día tan importante para todos los cadalseños.
En su primero la suerte no le acompaño al matar y en el segundo estuvo más acertado por lo que consiguió una oreja bien merecida.
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Bien por Mariano,y bien por tí,Pedro.Este tipo de fotografia es dificil de realizar,por la cosa del movimiento,todo tiene su ciencia.1 saludo.Paquitopirata.
ResponderEliminarBuenas fotos de nuestro paisano.
ResponderEliminarSuerte es todo para Mariano Rojo y para el Zorro.
Mariano
Ole y ole por Mariano Rojo.
ResponderEliminarInés
MUY BUENAS INSTANTANEAS,PERO EN EL SEGUNDO TORO DEBIO CORTAR DOS OREJAS.
ResponderEliminarANIMO NANO, ERES UN ARTISTA.
ALBERTO BURGOHONDO
Solo decir que ole ese aguacilillo, una de las mejores persona con las que os podeis encontrar. Te mando un besazo.
ResponderEliminarFirmado:
Unas de las persona que más te quiren, la aguacilila del cristo.
Hombre, "artista"...
ResponderEliminarDepende de lo que se entienda por arte. Afortunadamente los toros tienen rebajaditos los cuernos para no dañar al caballo, porque si no, ya se ve en la penúltima foto, hubieran sufrido bastante los pobres animales, como acostumbra a hacer el paisano.
Artista es todo aquel que hace lo que para muchos es complicado y no se atreven a hacer, y tu lo dices menos mal que los toros tienen los cuernos rebajados, pero los caballos no lo saben, y si MARIANO ROJO no se arrimara en lugar de tanto criticarle le mandarían a paredón, pero gracias a Dios los
ResponderEliminarcaballos hasta ahora no han tenido nada mas que rasguños, gracias por preocuparte por ellos.
UN SEGUIDOR Y AMIGO DE MARIANO
Que guapo y que bien vestidos van Mariano y sus Caballos.
ResponderEliminarUna cadalseña