Una viña abandonada y una mula que se resiste a desaparecer, son el presente con el recuerdo de un pasado y con la incertidumbre de un futuro. Y mientras, como siempre desde hace muchos siglos, la Muñana otea nuestra vida y nuestros sueños.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Buenas noches querido amigo!!!
ResponderEliminarVengo a dejarte un comentario que enriquecen nuestros blogs y animan a seguir en la lucha, cada uno pelea por lo que cree, y tu pelea me parece justa y muy tierna, pelear por tu pueblo, sus costumbres y sus vistas (hermosas eso sí).
Esta que nos has dejado me provoca pena....pena por ver que las viñas y los campos son abandonados (mira que nosotros mismos tenemos dos viñas allí en esas condiciones) es imposible compaginar la vida y el trabajo en Madrid con el duro trabajo de mantener en buen estado las viñas, me apena por todo lo que trabajo en ellas mi suegro y mi marido desde niño hasta después de casarnos....en fin
La mula, me encanta!!! de pequeña montaba en la mula de mi abuelo con mi hermano, siempre había en casa animales domésticos (cerdos, gallinas, una cabra,gatos y perros) y algún compañero de trabajo como una buena mula.
!!!gracias por la entrada y por lo agridulce que me has hecho sentir!!
Un beso y sigue así
Estoy de acuerdo con el comentario de Raquel cada vez que veo el campo de nuestro pueblo siento pena Un saludo
ResponderEliminarAmigo Pedro, perder el campo es perder parte de nuestras vidas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mariano
Hola Zorro , la mula me ha recordado a la que tenia mi padre
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