Arce de Montpellier
La verdad, es que la paliza por Lancharrasa estuvo bien , valió la pena no sólo por la belleza del paisaje y la compañía, sobre todo la de nuestro amigo Huete que nos enseñó parajes impresionantes y desconocidos, sino por los ejemplares que encontramos en el camino, como este Arce de Montpellier o Mundillo para nosotros (Acer monspessulanum) para los cultos.
No es un árbol excesivamente robusto ni frondoso, unos diez metros, tampoco tiene una floración muy llamativa, pero si tiene un encanto especial con su porte elegante, sus hojas pequeñas (3-6cm de largo y 4-8cm de ancho) con tres lóbulos aovados enteros y sus frutos, samaras aladas cuyas alas se encuentran paralelas entre sí como una mariposa descansando con las alas plegadas. Éste no tenía frutos pero alguno había por el suelo.
En Cadalso solo crecen en la Sierra de Lancharrasa y en la Peña Muñana, son escasos y está protegido en nuestra comunidad y catalogado como árbol singular.
Luisi Redondo
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
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