jueves, 28 de octubre de 2010

Una cesta de....

En Cadalso de siempre todo se ha medido por cestas, la frase de: “voy a por una cesta de……” o “he traído una cesta de”….se viene repitiendo desde siempre y la verdad es que no hay nada más reconfortante y ameno que llenar una cesta de lo que sea en nuestros campos.

Raro es el mes que no podemos dejar de coger una cesta de algo en nuestras viñas o huertos y como prueba de ello he aquí algunas de las últimas cestas que he tenido la suerte de poder coger este tiempo atrás.


Fue en agosto cuando mi cesta se llenó de uvas de albillo, tan escasas y a la vez tan apreciadas no solo por su dulce sabor sino por seguir esa tradición que irremediablemente tiende a desaparecer como hace siglos desapareció el viejo molino que siempre ha dado nombre a la zona y que no es otro que el del Molinillo.
 
Luego le llegó el turno a otras uvas no menos apreciadas, las de chelva, estas en el mes de septiembre y en el lugar conocido como la Antanilla, cumpliendo al llegar a casa con el ritual de colgarlas.

Y ya en octubre, en los primeros día la cesta se volvió a llenar de manzanas golden y reineta, las primeras dulces a rabiar y las segundas con un toque ácido que las hace idóneas para asar.

Por último en estos días de finales de octubre y desde Tórtolas la cesta sintió el roce de un nuevo fruto de nuestros campos, las castañas que cada año deleitan nuestros paladares no solo crudas sino también cocidas con un poquito de anís o asadas en esas tradicionales sartenes llenas de agujeros y que nunca han faltado en los hogares cadalseños.


Podríamos seguir con cestas y cestas de todo tipo de frutos y por la época también de los famosos “miscalos” pero estos al igual que la fruta también escasean en los últimos tiempos y cada vez es más difícil llenar la cesta.

Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

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