miércoles, 6 de octubre de 2010

Conocer una casa de las de antes.


A mediados del pasado mes de agosto visité acompañado de su dueña una de las casas más antiguas de Cadalso, esta casa no solo es antigua en su construcción, sino en el ambiente que se respira dentro, donde la vida se ha parado hace más de cien años y donde la vista no deja de trabajar con un mirar arriba y abajo ante tanta imagen de escenas, tantas veces vividas en el pasado.



 

La casa se encuentra en la calle de la Iglesia nº7, su fachada es de sillería con jamba, dinteles y ventanas y balcones de forja, fachada de probable construcción entre los siglos XVI y XVII. La casa se ha conservado hasta nuestros días sin apenas restaurar, por lo que hace de ella una casa a proteger por nuestro ayuntamiento y por nuestra comunidad donde ya tiene una Protección Grado 3º Ambiental.

Si desde la calle la casa gusta, penetrar dentro es algo que impresiona y cautiva por su composición estructural de la típica casa cadalseña de siempre, hoy tan escasas.





Una vez traspasada la puerta, nos encontramos con el portal,con suelo de grandes losas de granito y techos de madera con cuarterones de pino, tan comunes en el pasado, sólo un tabique con ventana separa el portal de la cocina, a la que se accede desde un arco sin puerta, ventana que tenía la misión de poder ver desde el hogar la gente que entraba a la casa.


                             Típico acceso a la cocina sin puerta.

 Este portal se conserva perfectamente adaptado a la decoración de la época, con un vasar en el rincón cargado de bellos platos talaveranos de ese color azul tan característico, a su lado una mesa de alas con botijo y báscula y el tan cadalseño banco de madera.



                           Vasar de esquina, muy común en las casas cadalseñas antiguas.

La cocina es toda una muestra del pasado, y de la vida y costumbres de nuestro pueblo, con chimenea alta de lado a lado y decorada con multitud de pucheros de porcelana y en sus paredes cuchareros, sartenes cazos y demás utensilios sin faltar junto al hogar los tan necesarios fuelles para encandilar el fuego, al otro lado aprovechando el hueco bajo la escalera cuelga el almirez, la lechera y distintas cacerolas de porcelana.



Desde la cocina se tiene acceso al baño y a la cuadra, para terminar en una pequeña bodega junto al corral, distribución ésta muy común en las casas cadalseñas, donde las caballerías formaban parte muy importante en el trabajo del campo y el sustento de la familia, y no digamos la bodega, donde cada año se almacenaba la uva que se convertiría una vez fermentado el mosto en vino, principal fuente de ingresos de aquellos tiempos. Hoy puede que nos sorprenda la distribución con la cuadra al final de la casa y el inconveniente de pasar las caballerías cada día por los lugares habitables, pero entonces y hasta casi los últimos años del siglo XX esto era común a la mayoría de las casas cadalseñas al no tener muchas de ellas puerta de acceso al corral, ocurriendo lo mismo con la bodega que solían estar junto a la cuadra y cerca del corral en los casos donde existía corral, con el inconveniente del olor que durante el proceso de fermentación inundaba toda la casa.

                              Antiguo cucharero


                                 Fuelles colgados junto a un calendario de 1990

Desde el portal arranca a la derecha la escalera de madera, que da acceso a los dormitorios con sencillas camas de hierro y cobre del tipo isabelino y cómoda con cajones. El comedor, que apenas se utilizaba, ya que lo común era hacer vida y comer en la cocina, solía estar en muchos casos en la primera planta, con suelos de madera y decorado con una mesa y sillas, algún aparador donde se guardaba la vajilla y algún que otro vidrio de las antiguas fabricas de Cadalso y paredes decoradas con cuadros de boda de los abuelos, los padres y de las comuniones de los más pequeños.

                              Escalera de madera por la que se accede al primer piso.

Más arriba, ya en la última planta se ubicaba el desván, lugar utilizado para guardar los muebles viejos, que entonces no se tiraba nada, así como las uvas de colgar, los higos, las cebollas y todo aquello que gracias al frío de estos desvanes pudiera conservarse algunos meses para su posterior consumo dado que entonces no existían las neveras.
La casa perteneció a Paco “Banderas” y a su mujer Dionisia y anteriormente a los padres de Dionisia a cuya madre Sole tuve la suerte de conocer, no así a su marido del que desconozco su nombre. En la actualidad la casa es de M.Carmen, hija de Paco y Dionisia, que según me contó tiene previsto reformarla en breve.

                            Sole y su marido el día de su boda.

 Pocas casas o casi ninguna quedan ya como esta, en la que parece que la vida se paró hace mucho tiempo y donde recorrerla te trasporta a otras épocas de nuestro pasado y de nuestras costumbres y formas de vida, vida que hoy nos puede parecer dura, pero que en aquellos tiempos era la que había y la que les tocó vivir a aquellos cadalseños que un día no muy lejano vivieron, trabajaron y soñaron, igual que lo hacemos nosotros ahora, por un tiempo y unas condiciones de vida mejores.

                                Jarra para agua y lavaojos de vidrio de Cadalso.

 Quiero dar las gracias a Mari Carmen, que me abrió las puertas de esta su casa y me permitió por unos minutos entrar en su pasado y en la vida de su familia.


Zorro Corredero.

Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso 

6 comentarios:

  1. Me he quedado maravillado y sobre todo por los recuerdos que me traen M. Carmen, sus padres y su hermano Paco.

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  2. Madre mía!!!! que de maravillas he visto en un momento, ha merecido la pena la espera, !!me encanta!!! gracias a tí por el reportaje y a Doña Mº del Carmen por ser tan amable y conservar la casa como la heredó
    Un abrazo

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  3. esta casa es un museo Pedro.Paquitopirata.

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  4. Que buenos recuerdos. Al verla recuerdo cunado compraba tomate y entrabamos a pesarlos alli.

    Es una joya mantenerla asi.

    Un abrazo,

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  5. Que alguien haga algo y compren esta casa para convertirla en museo de la casa de Cadalso.
    A que espera el ayuntamiento, bueno siempre que M.Carmen la quiera vender.

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  6. Soy la nieta de Paco y Dionisia. He tenido la gran suerte de pasar buena parte de mi infancia en esa casa y de conocer y apreciar día a día todos esos rincones que la hacen tan espectacular.
    Me alegro que hayais podido conocerla a través de estas preciosas fotos, esperando que os haya gustado.
    Gracias Pedro!!!!

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