jueves, 14 de octubre de 2010

Un día de vendimia en la Medialegua

Un año más el ritual de la vendimia se desarrolla en Cadalso con la participación de todos los que por suerte o desgracia aún conservan alguna de las viñas que un día fueron con su fruto el sustento de la familia y que hoy por falta de protección y de liquidez debido al bajo coste de la uva y al poco atractivo que parece tener nuestra uva van siendo abandonadas poco a poco.


En los últimos tiempos parece que se vuelven a plantar algunas viñas con la variedad tempranillo más adaptada a los paladares actuales al ser mas suave de grado que la siempre cadalseña garnacha. Esperemos que cunda el ejemplo y que de nuevo nuestros campos se cubran de verdes cepas de tempranillo o de lo que sea y Cadalso recobre el puesto que siempre tuvo en la producción de vino en nuestra comunidad.

Yo como cada año he vuelto a vendimiar comenzando por la viña de la Medialegua y he aprovechado ese momento para realizar este ilustrativo reportaje de un día cualquiera de vendimia en nuestro pueblo donde las cosas no han cambiado tanto si exceptuamos la sustitución de tractores por caballerías y los ya casi antiguos capachos por las banastas de tiras de castaño.


Un viernes entre nubes y claros comenzó la corta de racimos en la Medialegua y tras un día de duro trabajo cargamos al atardecer el tractor para transportar la uva hasta la cooperativa, pensando que al día siguiente el tiempo ayudaría para terminar, cosa que no fue posible ya que el sábado amaneció lloviendo, el día transcurrió lloviendo y terminó la tarde con un caer de agua a raudales por lo que fue imposible continuar ese día. El domingo volvió a amanecer claro y de nuevo volvimos a la Medialegua para ya terminar de vendimiar el resto de la viña y terminar la jornada en la cooperativa con el pesaje y el grado que está vez fue de 15,50º.

El pasado año recuerdo que también realicé un reportaje de un día cualquiera en vendimias, ahora no he querido echar antes un vistazo al del año pasado y simplemente me he puesto a escribir lo que se me iba ocurriendo, digo esto porque tal vez he incurrido en repetir algunas cosas pero lo importante en estos momentos es para mi escribir algo sobre la vendimia sabiendo que probablemente no queden muchos años de vivir esta gran experiencia y que con estas palabras queden reflejados los momentos vividos para el futuro acompañándolos de algunas fotografías que aunque ahora nos parezcan simplemente normales el día de mañana serán historia. Y por qué digo esto? Muy fácil, muchas veces siento nostalgia y rabia, a pesar de tener cientos de diapositivas de escenas de nuestras pasadas vendimias, por no poder obtener hoy en día fotos de las vendimias del pasado con personajes ya desaparecidos y con los aperos de época que aunque entonces eran normales y nada llamativos, hoy serían un aliciente importantísimo y una forma mucho más llamativa de realizar este reportaje.
Por poner un ejemplo, recuerdo ahora un día de vendimia en esta misma viña de la Medialegua a comienzos de los años 80 donde Emilín, su padre Quico “Caserta”, Carracho y mi padre Pepe “El Habanero” vendimiaban a una velocidad impresionante y Quico sin quitarse el cigarro de los labios se esmeraba en sacar los capachos a la carretera con la narria tirada por su mula entre los bien arados líneos, y como no recordar aquel puchero de patatas con carne que durante todo el día estuvo cociendo junto a la pared pegado a una higuera y que luego nos comimos sentados en el suelo en un circulo donde la amistad y las bromas dieron paso a las risas que a medida que se fueron intercalando con buenos tragos de garnacha de las siempre compañeras botas de Pepe y Quico terminaron por ser más que risas, carcajadas.


 Aquel día mi humilde Yashica Electro 35 que había adquirido en Melilla unos años antes durante la mili, no dejó de disparar y por su diafragma fueron pasando las escenas de la corta con la corva, la uva, las cepas, los capachos, la narria, la mula, el trago, la bota, el puchero, el corro en el suelo, las risas, los personajes y todas las vivencias de aquel día, y el resultado fue y sigue siendo unas 20 diapositivas de un valor sentimental y etnográfico que siempre recordaré y que ya nunca se volverá a repetir, no solo por los desaparecidos y entrañables personajes sino por las formas y costumbres ya perdidas para siempre.

La Medialegua. 8 de octubre de 2010

Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

2 comentarios:

  1. ¡Siempre tan cadalseño, ilustrativo y conmovedor! ¡Siempre homenajeando a esos cientos de cadalseños que gracias a tí se ven recompensados en los más íntimo! ¡Siempre colaborando a que su recuerdo permanezca fiel y sirva de ejemplo a las nuevas generaciones de cadalseños!
    Por todo ello: ¡¡¡Gracias!!!

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  2. Muchas gracias Miguel por tu esperanzador mensaje.

    Gracias de verdad.
    Pedro

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