lunes, 4 de octubre de 2010

Azufaifas de Cadalso, todo un lujo y placer culinario.

Azufaifas de Cadalso, todo un lujo y placer culinario.


Las azufaifas son el fruto del azufaifo, árbol introducido en España por el Mediterráneo procedente del norte de China. En Cadalso es muy escaso, no existiendo de forma salvaje en nuestros campos, solo los plantados en los jardines de palacio y algunos distribuidos por distintos patios del pueblo hacen del azufaifo un árbol raro en nuestro pueblo, apenas conocido y que seguramente se puedan contar con los dedos de una mano y desde luego totalmente desconocido en la Comunidad.


Florece entre junio y julio, sus flores pequeñas de color amarillo claro apenas dan color al árbol. Sus frutos son del tamaño de una aceituna, de color rojo con hueso y su carne es dulce aunque no demasiado.
Las azufaifas tienen virtudes laxantes y también propiedades anticatarrales y pectorales, siempre he oído y comprobado que con 8-10 azufaifas al día es suficiente para ir al baño y no a lavarte las manos precisamente, me entendéis, no?


En Cadalso es seguro que el árbol se introdujo durante el siglo XVI época en que se formaron los jardines de Palacio, luego probablemente por plantones fue pasando a patios y huertos particulares como es el caso del que yo tengo en la Corredera que fue plantado por mi padre en el año 1992, regalo de Eugenio guardes y jardinero del Palacio entonces y ahora. Dicen que es difícil que prenda pero este lo hizo y hoy en día es un azufaifo no muy grande, el crecimientos es lento, pero si sano y que cada año sin fallar da una cantidad elevada de frutos aparte del colorido que otorga al patio al ser sus frutos rojos muy llamativos.

Ahora es el tiempo de su recolección y ayer mismo con el aire y la lluvia que cayó sobre Cadalso fueron muchas las azufaifas que cayeron al suelo y que recogí para su consumo.


Hace años en los 60 y principios de los 70 las azufaifas se vendían en Cadalso en algunas casa particulares, recuerdo a la tía Marcelina madre de Pepe “Jalbeguera” que tenía un árbol único que se encontraba en un corral adjunto a la carpintería de su hijo en la Callejilla de los lobos. Cada día la tía Marcelina colocaba una cesta con las azufaifas a la puerta de su casa en la calle Real y por una peseta te daba una tacita rebosante de azufaifas.
                            

Hoy quedan pocos azufaifos, este de la tía Marcelina desapareció al hacer las casas donde hoy está el bar Boquerón.


Y si todavía no has probado las famosas azufaifas o hace mucho que no las catas y te apetecen, no lo dudes, búscame en Cadalso y cómo conmigo hacía la tía Marcelina te llenaré una tacita de azufaifas, será un pequeño regalo para que disfrutes de este sabor tan de siempre y tan cadalseño. Ah! y no te cobraré la peseta.

Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso

5 comentarios:

  1. Jo Pedro, si pudiera cruzar la calle y "atracarte" tus azufaifas... Que lujo era en la galería de palacio encontrarse cuencos con ellas y cuanto mas secas mas ricas. Existe Seur... No es por nada

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  2. Tranquilo Tony que se conservan de miedo y cuanto más arrugadas y secas mejor. Te las guardo y un día de estos nos reunimos los blogueros para comer, que ya va siendo hora y te las llevo.
    Te parece buena idea?
    La comida en Cadalso que estamos más....lo siento.
    Un abrazo
    Pedro

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  3. Por suerte, tenemos al lado un azufeito, y ya las hemos comido este año.

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  4. Publico en mi blog cita comida boicoteos de cadalso y el que avisa no traizona

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