Álvaro de Luna
Cierto día que Don Álvaro de Luna realizaba un viaje por los caminos de Castilla se encontró a una hechicera que leía el futuro en la palma de la mano, hay quien afirma que este encuentro fue con una gitana y en el estanque de Palacio durante uno de sus paseos, cosa que parece más probable…o no?. En ambos casos gitana o hechicera coincidieron en vaticinar que Don Álvaro moriría en un cadalso. Se dice que desde entonces este buen hombre, condestable de Castilla y dueño y señor de pueblos, palacios y castillos no volvió a pisar nuestro querido palacio de Cadahalso por temor a lo que pudiera pasar. Estanque de palacio, lugar de encuentro con la gitana
Era Don Álvaro por entonces un hombre poderoso y rico, no solo de Castilla donde es probable que fuera el más poderoso sino de toda España. Se dice que obtenía 100.000 doblas de oro al año de renta y que en su morada del castillo de Escalona, guardaba 80 millones de monedas, millón y medio de doblas de oro del Maestrazgo de Santiago y grandes cofres llenos de monedas italianas de oro, y mientras los hombres y mujeres de sus tierras pasando hambre y pagando por todo lo que al señor se le antojaba, a este buen señor le pagaba todo el mundo, los estados mayores de castilla, sus vasallos y todo aquel que tuviera la mala suerte de cruzar por puentes y puertos que claro está pertenecían al ilustre señor… que pasabas un puerto a pagar derecho de portazgo, que pasabas un puente a pagar derecho de pontazgo y así con todo, tributos incluido el de pernada, vamos que pagabas o ya sabes lo que ocurría con tu esposa, tasas y monopolios de todo, de las fraguas, de los hornos, molinos, caza, pesca, y hasta de los pastos, como veis aquí no se escapaba nadie de pagar. Pero claro Don Álvaro no era tonto y casi todo lo hacía muy bien, cabalgaba como nadie, era valiente y luchador en el frente de batalla y gran maestro de las armas además de listo, inteligente y culto, cantaba, bailaba, tocaba el laúd y escribía poemas que regalaba a las mujeres pues como os imagináis era un gran amante de los placeres como la comida, el sexo y la riqueza y además lo practicaba y eso que dicen las malas lenguas, aunque esto puede que sea envidia o rencor, no era muy bello y solía hablar gangoso, pero también el pobre era flaco, calvo, pequeño con mala dentadura y muy nervioso.
Como suele pasar en estos casos la nobleza no tragaba con él y esto provocó envidias, odios y muchas pero que muchas ganas de venganza.
Era nuestro Condestable sobrino-nieto del papa Luna, ese del castillo de Peñiscola que además era el del cisma y lo que no sabemos es porque se hacía llamar Álvaro cuando en realidad su nombre de pila era Pedro, vamos que a mi es un nombre que me encanta y no entiendo el cambio, si por lo menos se hubiera puesto Zorro Corredero lo podría llegar a entender, pero no. Don pedro, digo Don Álvaro era dueño y señor de todas las tierras que conocemos desde Maqueda a Arenas, pero esto solo es una parte ya que también era señor de San Esteban de Gormáz en Soria y de Ayllón en Segovia, bueno, no penséis que era dueño solo de los pueblos, cuidado era de todas sus tierras que sabe Dios hasta donde llegarían, y también fue condestable de Castilla, maestre de Santiago, duque de Trujillo, conde de Ledesma, jefe por no decir dueño de Toledo y un montón de mil cosas más.
Nacido en Cuenca en el pueblo de Cañete ya de joven era espabilado y sabía donde estar así que se dedicó a conquistarse al pequeño Juan II que a la postre sería el rey y con el cual mantuvo una amistad de 40 años, aunque hay quien dice que ambos mantuvieron relaciones homosexuales, por otro lado cosa muy común en la corte de aquella época.
Como ya sabéis Don Álvaro poseía los pueblos de nuestra zona como Cadalso, Cenicientos, Rozas, Aldea del Fresno y muchos pueblos más que dirigía y gobernaba desde su castillo de Escalona y también desde el castillo de la Coracera en San Martín, villa esta que compró al abad del monasterio de Pelayos por 30.000 maravedís de renta y luego como tenía poco se compro Villa del Prado por 40.000 maravedís, entre San Martín y Villa del Prado debió pagar un par de baúles de monedas de los que ya dije guardaba en Escalona, poca cosa para él. En Villa del Prado mandó construir un palacio donde pasaba temporadas pero el de Cadalso lo abandonó desde aquel día en que la gitana le predijo, lo que le predijo y apenas vino por nuestro pueblo, pero es que los pinches tampoco le tragaban mucho, quiero decir los señores o vecinos del valle de las Iglesias que luego fueron siete, estos desde que el abad del monasterio de Pelayos le vendiera la villa estaban como locos por recuperarla y que pasara a formar parte de los pinches que para eso era su pueblo.
Al final y después de mandar asesinar a unos cuantos de sus enemigos Don Álvaro tenía mas enemigos que amigos y fueron estos los que influyeron en el débil Juan II para ordenar su muerte, entre ellos se encontraban los condes de Plasencia, Haro, y de Villena a la postre dueño de muchas de sus tierras incluido Cadalso y su palacio, y hasta la reina Isabel de Portugal y el principe Don Enrique estaban es su contra.
Con todo esto poco podía hacer este buen hombre y así pasó que fue detenido en Burgos y rápidamente trasladado a Valladolid donde fue atendido en sus últimos días por Alfonso de la Espina, judío converso del monasterio de Pelayos y que fue quien le comunicó la sentencia y aprovechó para pedirle que devolviera las tierras de San Martín a sus gentes, cosa que no consiguió.
Don Álvaro murió en un cadalso en la plaza del Ochavo el día 2 de junio de 1453, después su cabeza fue colgada durante tres días de un garabato ( cómo el de las piñas) para que el pueblo pudiera verlo. Decapitación de Don Álvaro de Luna
Como veis las gitana del estanque no se equivocó y murió ajusticiado en un cadalso, y esta es nuestra suerte, si le llegan a decapitar aquí en lugar de Valladolid, la que nos hubiera caído con el cadalso de Cadalso.
Si queréis visitar la tumba de Don Álvaro lo pedéis hacer en la catedral de Toledo, reposa junto a su esposa Juana de Pimentel en la capilla de Santiago.
Sepulcros de Álvaro de Luna y su esposa Juana en la catedral de Toledo
Sería de agradecer que publicáseis también la bibliografía o fuentes donde consta toda esa información, para comprobar que es cierta. Gracias.
ResponderEliminarQue yo sepa no existe biografía alguna, esta historia siempre se ha contado en Cadalso y lo más que se puede encontrar es algún libro donde se cuenta esta misma historia o leyenda de una forma más o menos parecida a esta.
ResponderEliminarEsto es una leyenda y como tal nunca se sabrá si fue cierta.
Un saludo.
Zorro Corredero
Muchas gracias, un saludo.
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