Otoño, paz y silencio....
También es otoño en Cadalso de Arriba, un lugar lleno de amor, de recuerdos y silencio, donde la memoria se hace suspiro y el tiempo se detiene, donde el viento murmura nombres que no se olvidan. Pronto las hojas caerán junto a esa puerta sin retorno, lugar de reposo de tanta genta amada. Un árbol colorea el paisaje, el sol se refleja en esa cruz que se eleva hacia el cielo, recordando la eternidad del alma. Así es Cadalso de Arriba: eterno en su calma, paz, memoria y luz que nunca se apaga.
Zorro Corredero
Fotos: Archivo Fotográfico Pedro Alfonso
Pilar Diaz Recamal
ResponderEliminarPreciosa foto me encanta el otoño 🥮🥮
Antonia Frontelo Morales
ResponderEliminarPara todos ellos
Redacción poetizada
ResponderEliminarsobre el Cadalso de Arriba.
Bella y pormenorizada
tan real y equilibrada,
que su autor merece un viva.
Gracias Saturnino por dedicarme este bello poema. Un abrazo.
EliminarNieves Salas
ResponderEliminarLo as escrito tal cual un abrazo
Carmen Sanchez
EliminarNieves Salas hola Nieves buen otoño para todos un abrazo 😘
Juani Perez
ResponderEliminarLo has escrito muy bonito
Carmen Frontelo Morales
ResponderEliminarPreciosa la foto y la meditación muy emotiva gracias Pedro
Carmen Sanchez
ResponderEliminarMuchas gracias.
ABCPremium
ResponderEliminarUn millón y medio de personas no acude cada día a su puesto de trabajo
Si desdeñan su trabajo
les produce un sarpullido.
Siempre hallan un atajo
por arriba y por abajo,
despreciando el contenido.
ABCE-España-Madrid
ResponderEliminarSusana Gómez, la historia del edificio derrumbado en Opera antes de su reabilitación:"Mi familia trabajó allí durante más de cincuenta años"
La muerte siempre al acecho
en sitios insospechados.
Fuerte golpea en el pecho
y suele hacerlo a despecho,
de los máximos cuidados.,
ABCCULTURAL
ResponderEliminarÓscar Jaenada se pone el traje de luces en" La suerte ": Morante no me impresionó porque no tenía miedo; Talavante sí porque le veía casi temblar"
EL MIEDO INSUPERABLE DEL TORERILLO
A Ángel María de Lera y sus "Clarines del miedo"
Un torerillo en la plaza,
en la plaza de madera
que estaba en La Corredera,
desesperado se emplaza.
Asido por la tenaza
del refugio en la barrera,
y gritos: de fuera, fuera
frena el pavor y atenaza.
Aferrado al burladero
con la angustia en la mirada,
con el toro en el anillo.
Vio su momento postrero,
y su carrera frustrada,
amargado y amarillo.